Exploración en campo: donde todo comienza
En proyectos de gran escala, el primer paso es explorar el subsuelo con diferentes técnicas. Desde sondeos profundos con SPT y DPSH hasta calicatas mecánicas de gran tamaño, la observación directa permite identificar estratos y obtener muestras inalteradas.
Los ensayos de resistividad eléctrica y térmica se suman para evaluar la heterogeneidad del terreno y el comportamiento frente a cables enterrados o sistemas de puesta a tierra. A esto se incorporan controles de densidad y, según el caso, pruebas específicas como los pull-out tests, que permiten validar anclajes en condiciones reales de carga.
Cada campaña geotécnica es un despliegue de logística, equipos y profesionales que asegura la confiabilidad del proyecto y el cumplimiento de los plazos.
Del terreno al laboratorio
Las muestras recolectadas en campo viajan al laboratorio, donde se convierten en datos precisos. La granulometría completa y los límites de Atterberg revelan la textura del suelo; los Proctor y CBR definen la capacidad de soporte para caminos y plataformas; mientras que los triaxiales, edómetros y cortes directos permiten conocer cómo el suelo se deforma y resiste en condiciones de carga.
Los análisis químicos completan la visión: identificar sulfatos, carbonatos o sales solubles es clave para anticipar problemas de durabilidad, especialmente en zonas con evaporitas o arcillas expansivas.
Gabinete: interpretar y proyectar
El trabajo de gabinete integra todo lo obtenido en campo y laboratorio. Aquí se construyen perfiles geotécnicos detallados, se analizan riesgos de licuefacción, colapso o expansividad, y se incorpora la información regional de geomorfología, geología e hidrología.
En áreas muchas veces alejadas y con pocos antecedentes, esta etapa es la que convierte los datos dispersos en recomendaciones concretas de diseño para fundaciones, plataformas, caminos y drenajes.
Solar vs. eólico: diferentes desafíos
Aunque ambos proyectos comparten una base común, presentan diferencias clave:
- En parques solares , el desafío está en la extensión: miles de fundaciones superficiales que deben ser homogéneas y confiables. Aquí los pull-out tests validan la capacidad de los anclajes de seguidores solares frente a esfuerzos combinados.
- En parques eólicos , la escala cambia por completo. Los aerogeneradores transmiten cargas enormes y dinámicas, que exigen una exploración profunda y parámetros geotécnicos exactos para diseñar fundaciones robustas.
Conclusión: responsabilidad y capacidad de gestión
Un informe geotécnico para un parque solar o eólico es una pieza estratégica de la ingeniería del proyecto. No se trata solo de perforar o ensayar, sino de coordinar equipos, planificar tareas y entregar resultados confiables en tiempo y forma.
La magnitud de estas obras exige un socio técnico a la altura: capaz de integrar exploración en campo, precisión de laboratorio e interpretación de gabinete en un informe robusto y trazable.